En julio del año 2017, surge la invitación para realizar talleres de Cuenta Cuentos, en la comuna de Negrete, región del Bio Bio, Chile. En aquel entonces, se hizo muy importante introducir todas las reflexiones que iban aconteciendo en torno a la basura, por lo que el taller tomó un giro primordial sobre escritura creativa y puesta en escena, integrando vivencias ligadas ejercicios como acuarelas, bio~danza, tejidos, reciclajes, sentidos ecológicos en general, ya que resultaba más importante y valioso que los mismos participantes fueran generando textos mediante la exploración de desplazamientos en cada encuentro, más allá de la entrega de un texto-tejido establecido.
La creación ocurría en torno a la reflexión de los desechos y plasticidades, lo que tomó fuerza, vinculando la realidad de los participantes, considerando que algunos habían sufrido vulneración de sus derechos o presentaban algún grado de abandono, permitiendo aproximar de mejor manera el entendimiento hacia los desechos, ya no sólo en el plano material; propiciando que cada encuentro se convirtiera en una auto~ sanación de los sentidos orgánicos.

Convocatoria abierta y gratuita
Primera instancia de investigación creativa colaborativa
con niños y niñas en la comunidad de Negrete, Bio Bio Chile.
Construyendo relatos a partir de la relación con los desechos en las zonas rurales.
Ejercicios de imaginería en relación a entornos naturales para la reactivación
de sentidos orgánicos.
de sentidos orgánicos.
Propuesta escénica improvisada abierta a la comunidad,
para la comprensión de la instalación escénica.

para la comprensión de la instalación escénica.

Muestra ~ Cierre de taller
Luego de cuatro meses de exploración y experimentación creativa, en octubre se finaliza con una puesta en escena abierta a la comunidad, instancia donde la materialidad de base es la basura recolectada durante todo el tiempo que dura el taller de investigación escénica en desechos, dicha materialidad resulta ser el pago que cada participante recolectaba y entregaba cada semana. Idealmente los desechos cotidianos producidos por ell@s mism@s y sus círculos cercanos de convivencia.
Si bien el taller era gratuito, el único cobro que se solicitaba era recolectar “basuras”, para producir una materialidad colectiva que permitiera generar una puesta en escena. De esta forma, se permitió identificar y resinificar los desechos de una comunidad, expandiendo las fronteras de lo inerte.
La muestra resultó atractiva, ya que gran parte de los espectadores eran personas mayores, apreciando el accionar de niños y niñas que se desplazaban y construían atmósferas sobre basura, ese cruce generacional entre territorio creativo y receptivo, dio paso a múltiples reflexiones sobre nuestras prácticas de consumo colectivo.
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